¿Feliz? Año nuevo o Como el 2010 se llenó de fantasmas.

Es un tipo de tradición… una tradición muy particular… casi… individual de escribir un post (o un intento de éste) mientras me encuentro bajo los estupefacientes efectos del alcohol. Antes que nada, les PROMETO una entrada similar (al día siguiente) en que la parte divertida no tenga nada que ver con mi recién adquirido vicio por el Jack Daniels. Dejando eso de lado, es tiempo de escribir.

Podría comenzar a redactar “sinsentidos” (nótese las comillas); sin embargo esta vez no les traigo barcos de humo, ni la helada sensación de una esmeralda muerta, ó el efímero sentir de un bosque inundado por la melancolía. Hoy les traigo palabras en toda su extensión y con la camisa de “Responsabilidad Total”, donde esta pueda ser encontrada.

Aquí no hay nada abstracto, nada extraño…. nada “no-lineal”. Lo que leen es lo que hay, y lo que hay es lo que existe. Soy de la idea de que todo lo concebible por el intelecto humano “existe”, sea o no real. Y eso lo aplico día con día a mi mundana vida diaria.

Tengo sed, tengo hambre, tengo sueño. Pero no tengo sed de agua, ni hambre de comida, ni sueños de triunfo. Tengo sed de vida, hambre de interacción y sueño de inerte y vil trascendencia existencial. ¿Saben lo que escucho? Una tierna y poderosa melodía llamada “Los divinos momentos de verdad”, que en inglés no es más que el soso y triste acrónimo de una poderosa droga psicodélica llamada DMT. Y aunque la pieza en cuestión se haya visto remasterizada por los maestros del Goa “Total Eclipse”, la realidad es que sus tonos y melodías hacen referencia solamente al estado de alucinación de una droga más.

Y es triste que solo bajo un estado “alterado” de realidad podamos entender o asimilar eso que tan directamente nos presentan los sentidos. Los cinco tradicionales son si acaso una fracción de nuestra realidad total. Sin embargo, todo eso que sentimos, que soñamos, que anhelamos; es de inmediato suscrito al fantasma del subconsciente (Hoy en día tan real como cualquier otra ilusión).

Pero su presencia es mayor…es… innegable. Todo eso existe en el primer plano de mi existencia, y no solo como una excusa para mis reflejos “involuntarios”. La parte “in” se encuentra hoy más que nada “out” de mi supuesta conciencia. Un fenómeno aterrizado en el simple funcionamiento neurológico de mi corteza cerebral o en esa actividad de alto nivel del alma.

Todo lo que es Soy, y lo que soy es. Y lo que es… ES. Con mayúsculas, porque finalmente todo… es una construcción social…. Incluso las montañas (…. JA). Ahora… mi mp3 player toca “In search of truth”…. Y me doy cuenta que nada de lo que siga escribiendo hará más sentido de lo que la totalidad de este texto pueda hacer. Por ello, me voy…. Pronto y sin dolor; pues este lo encontraran dentro… o inmediatamente fuera de sí.

Mediten TODO esto en su corazón…