Monday, March 22, 2010

Sobre México…



"Civilizations die from suicide, not murder”

Arnold J. Toynbee

Los acontecimientos sucedidos el pasado viernes en los alrededores del ITESM son, en realidad, una tragedia. ¿Triste? Bastante. ¿Indignante? Tal vez. Pero lo que debería levantar nuestra ira no es la muerte de estos jóvenes excepcionales; sino nuestra misma apatía a las causas nucleares de este caos que estamos viviendo.

Es triste también que los estudiantes del tecnológico hayan tenido que vivir este desgarrador episodio para darse cuenta de que la “guerra contra el narcotráfico” es real y no solo un tema para llenar los titulares. Independientemente de la afiliación o inclinación política personal; es en el ámbito de los jóvenes educados de nuestro país donde se deberían de gestar las acciones contra la violencia que está destruyendo nuestra nación. El gobierno y el ejército están luchando en su frente; y es hora de que la población tome su puesto en el campo de batalla.

Pero es ahí donde sobreviene la verdadera indignación que ahora cargo. Todo lo que escucho son quejas infantiles, ataques cuasi-políticos y gritos ensordecedores que buscan culpables. Se crítica al ejército y sus errores y al gobierno federal por “comenzar” esta guerra. Pero hay que darnos cuenta que esto tiene muchos años ya de haber empezado y todos hemos sido responsables de que haya escalado a este punto.

Dicen por ahí que cada pueblo tiene el gobierno que se merece; y por lo menos en estos últimos veinte años creo que la cita suena correcta para todo México. Es abrumador el grado de apatía e indiferencia que caracteriza al grueso de la población. Somos una nación quejumbrosa e insegura; acomplejada y mediocre. Nos da miedo dirigir; pero nos molesta que nos den órdenes. Nos de pereza trabajar; pero nos encanta exigir. Demandamos que las cosas cambien; pero queremos que sigan igual. Es triste que la frase “el que no tranza, no avanza” sea algo reconocido alrededor del mundo como mexicano.

La política del país parece solo interesarle a los extremos de la pirámide; ser un juego de ricos y pobres. Y así los miembros de la clase media al no encontrarse en ningún polo prefieren ignorar lo que les rodea; limitándose a participaciones ácidas y destructivas. Prueba contundente fue el movimiento del “voto nulo”, que aunque justificable solo puso en evidencia que preferimos desacreditar nuestras instituciones a trabajar mediante ellas para ser escuchados. Incluso atacamos la misma democracia que nos llevo tantos años “comenzar”. Nuestra izquierda es dirigida por una figura mediática que prefirió echar abajo la credibilidad de nuestras elecciones para mostrar su infantil inconformidad.

Y todo esto se refleja a lo largo y ancho de nuestra realidad diaria. Las discusiones más acaloradas y definitivas siguen tratando de fútbol y la televisión nacional no puede ser definida más que con la palabra “vergüenza”. Nuestro “humor” se basa en parodias estúpidas de nuestra misma basura mediática. Todavía nos reímos de imitaciones mal-hechas y personajes mal maquillados. El núcleo de nuestra crítica social se basa en nociones dogmáticas, ataques y una “admirable” habilidad para rechazar todo punto de vista ajeno. Nuestra identidad política se forja en la negación de todo lo que nos parece contrario. Los aportes más “constructivos” se basan en la arcaica interpretación moralista de lo que nuestros altos ejecutivos dicen que es noticia. Hablar de política, historia o filosofía es caer en pretensiones. Proponer soluciones es caer en ingenuidad. Tener esperanza de mejora es sinónimo de negar la realidad.

En un par de semanas habremos olvidado esta tragedia y al manejar ebrios a casa tendremos lista la “mordida” para nuestras autoridades. En unos días saldremos a marchar para poder subir nuestras fotos al facebook y mandar “updates” al twitter mientras seguimos ignorando quién es nuestro diputado local. Vamos a seguir reclamando “justicia” sin ni siquiera tener una noción de su significado. Y así los ejemplos de libro de texto se agotan y las cosas siguen igual… porque nosotros seguimos igual.

El narcotráfico no se desató con Felipe Calderón; ni se detendrá con él. Es parte de esa corrupción tan fusionada a nuestro estilo de vida la que eventualmente permitió que el Estado de Derecho se vea tambaleante. Es esa mentalidad de beneficios inmediatos y cero consecuencias la que poco a poco fue desmantelando la poca estabilidad que trajo la revolución. Es esa indiferencia y desidia generalizada la que centra nuestro destino en las incompetentes manos de nuestros políticos.

La muerte de estos dos jóvenes pareciera algo inaceptable; pero dense cuenta que estamos viviendo una guerra y el campo de batalla no distingue inocentes de criminales. Y por ello no podemos quedarnos de brazos cruzados asumiendo que nuestra pasividad va a salvarnos de entrar en la batalla. Si el país cae envuelto en llamas somos nosotros los que moriremos quemados.

Monday, March 15, 2010

Siempre hay algo detrás



Esto es algo que escribí hace tiempo en mi ya difunto blog "Barcos de Humo".


Dime… y se sincero. Como persona, como ser humano. ¿Como un concepto? Como una idea.

Habla… y se muy claro. Porque la opacidad de tus palabras es solo un remedio pasajero. Tú y yo lo sabemos. Tú sabes quién es tu yo y yo sé cuál de todos eres tú. Por eso escribes, por eso observas, por eso lloras y recuerdas.

Porque sabes que existes; pero no sabes cómo. Siempre hay algo más, dentro de cada palabra y acentuación. Una extraña y a veces enfermiza esperanza de alcanzar un ilusorio reflector en su alma… en la tuya.

Yo lo sé; pero no lo entiendo. Lo conozco pero no lo recuerdo. ¿Máscaras? ¿Telones? ¿Ignorancia? Solo un montón de alegorías con agotado contenido e infantil conceptualización. Imágenes… ellos se alimentan de las que yo creo para su egoísta entretenimiento.

La luz de la noche; diez vueltas al sol; el fuego de la luna y las olas de un solo mar. Los sueños color esmeralda; una corona de lumbre y la esfera que refleja el universo. Un espejo. Uno y nada más.

¿Cuál es tu intención? ¿Qué tratas de decirme y por qué? Dime y se sincero…

Pregúntame y seré muy claro…

Pero no intentes interpretarlo, ni mucho menos cuestionarlo. Entiéndelo por lo que es y no por lo que quieres que sea.

Sunday, March 14, 2010

Cuestión de principios

Hace algunos años, cuando era más joven, realmente estaba seguro de que la naturaleza humana era intrínsecamente malvada. En mi limitado panorama no había ninguna prueba que contradijera el hecho de que somos una raza egoísta y destructiva.

Sin embargo, ahora pienso diferente. Lo extraño es que realmente aún sigo sin tener alguna evidencia clara de que no venimos maleados de fábrica. Aún así los años me han enseñado a dudar y cuestionar cualquier cosa, por más obvia o evidente que parezca. El problema de la naturaleza humana y su pre-disposición al bien o al mal es un tema demasiado complejo para ser abordado en menos de 1000 palabras. La misma definición del bien o el mal, o la moralidad o amoralidad de nuestros actos es ya en sí una cuestión problemática. Independientemente si se tome una postura relativista o un enfoque más conservador sobre los valores nucleares de nuestra sociedad, es preciso darnos cuenta que el dilema es complicado; pero siempre relevante.

Esa es la parte clave de todo esto. La cuestión ética es algo que normalmente dejamos de lado. Muy pocos tienen algún tipo de código o estándares de principios morales con respecto a la vida en general. La mayoría de las veces vamos por ahí con nuestra vaga noción sobre el bien y el mal poniendo todo en un balance con métricas no del todo claras. Y para muchos casos, esto es suficiente.

Pero lamentablemente hay ocasiones en las que no solo es insuficiente; sino que esa carencia de postura moral; esa, a veces necesaria, apatía ética y falta de opinión; nos llevan por un camino cuya pendiente rápidamente acelera nuestra caída en el precipicio de la verdadera maldad. Y es difícil darte cuenta cuando no pones atención por dónde vas caminado. Cuando en vez de encender las luces de la habitación prefieres caminar a oscuras para no molestar a nadie.

Y así es como un día eres un soldado siguiendo órdenes y al otro el autor de una masacre de civiles. Un día eres el fundador de una gran empresa multinacional y al otro eres buscado por fraudes millonarios y malas prácticas de contabilidad. Así es como te conviertes de un líder político a un genocida; de un guardia de seguridad a un inspector de cámaras de gas; de un estratega militar a un enemigo de la libertad de las naciones; de un médico honrado en un cómplice de la muerte de personas “aseguradas”.

En el mundo real no hay héroes ni villanos; solo personas que bajo circunstancias excepcionales tomaron la decisión correcta o equivocada. Gente común y corriente que en determinado momento se enfrentaron con una responsabilidad en la cual era necesaria la brújula moral. La gente no es intrínsecamente mala; pero si intrínsecamente ignorante.

¿Y qué hay de nosotros? ¿Qué hay de ti? ¿En qué crees? ¿Cuáles son tus principios y hasta donde llegarías para defenderlos? Estas son preguntas que conviene responder ahora y no después. Porque entonces, cuando llegue ese momento, esa decisión no tan clara; tal vez no tengas tiempo de ponerte a pensar en todo esto.

Sunday, March 7, 2010

Shh…

¿Es difícil verdad? El quedarse así nada más… en silencio.

El común de las personas le tiene una aberración terrible a esos momentos mudos del día. Esos instantes dónde las palabras desaparecen dejando únicamente los tenues sonidos del rededor. De inmediato un sentimiento de incomodidad se hace presente; y aunque muchas veces es justificado, creo que estamos muy mal acostumbrados al silencio.

Es terrible cuando se habla únicamente para llenar ese vacío… ese hueco que artificialmente acumula oraciones insignificantes e intenciones burdas.