I write about my real life ‘cause I ran out of ideas…

Hoy me siento particularmente espontáneo… momento….

(Subiendo volumen de mi reproductor de EME-PE-TRES)

Ah… la espontaneidad. La verdad no, me siento como cualquier otro día. De hecho, estoy un poco cansado y no encuentro explicación del porque. Mi vida ha estado en un período extraño de “atoramiento” desde comienzos de éste año. Ahora bien; no me quejo. La verdad este año ha sido genial en muchos aspectos. Sabes que un año viene con todo cuando pasan alrededor de tres meses para que duermas un sábado en tu casa…

Pero bueno, me estoy desviando. El punto aquí es que me siento un tanto atrapado por las circunstancias de la vida. Desde antes de graduarme la escuela ya me tenía hasta el payasete… mi año de prácticas profesionales fue como una bocanada de aire fresco y hoy por hoy aún disfruto de los beneficios de ese año de “trabajo”… ah… la buena vida.

Sin embargo aquí me tienen nuevamente en las aulas; y a pesar de las bondades de la vida de estudiante siento que la maestría me da todas las contrariedades del mundo académico sin ninguno de sus beneficios. Permítanme explicarme con más detalle.

Cuando eres estudiante (nombre elegante para definir tu espeluznante grado de improductividad) la vida es sencilla en muchos aspectos; por lo menos aterrizando la cuestión a la realidad socio-cultural del joven mexicano de clase media. Normalmente y por definición eres un mantenido… tus gastos, desde los más elementales para vivir hasta lo más trivial son cubiertos por dinero que tu no ganaste. Por mi parte eso es parcialmente cierto. Disfruto de un techo, electricidad, comida y agua potable; pero como ahora soy un estudiante “parcialmente productivo” (desde aquel bendito año de prácticas) todo lo demás va por mi cuenta. Desde el bote de agua extra por la tarde, la salida con los “camaradas” hasta el último de mis calcetines ahora son pagados por mi cuenta. Lo cual está bien… pero el turbulento mundo de las finanzas personales puede tornarse traicionero a veces… Gracias a los generosos fondos de investigación nacional puedo autofinanciar mi vida de vago; pero el problema radica en que solo me alcanza para eso. Que más desearía yo que tener los recursos para autofinanciarme TODO lo que necesito para vivir (incluyendo el aire que respiro); pero el mediocre financiamiento educativo que recibió solo me permite ser parcialmente independiente, manteniéndome atado al techo de mis padres…

Otra cuestión muy positiva del pasearse semanalmente por los salones de una institución educativa es el placer de la “amistad colegial”. Ah… como olvidar esos días en los que todos tus camaradas se reunían en sus horas libres a intercambiar experiencias de la vida. El toparse con los chavos en los pasillos y organizar la salida, la vuelta, el “reve” (lol welcome to the 80s), etc. Pues bueno, eso ha terminado para siempre también. Cuando te gradúas… ahora sí todo mundo toma caminos diferentes. Yo sigo estudiando… pero un 90% de mis amigos no… por lo cual no hay horas libres acompañado, ni encuentros en los pasillos, ni “reves”, ni nada de eso en horas escolares. Y ustedes dirán:

“Bueno Fede… eso es porque tú eres un inadaptado social, a estas alturas ya deberías de tener millones de nuevos amigos de la maestría”

Lo cual es parcialmente correcto. Pero eh aquí otro detalle importante. Cuando eres estudiante no graduado tus clases están compuestas mayormente por una amplia gama de personalidades afines a tu carrera, tu ambiente, tu edad. Pero en la maestría igual y llevas clases con alguien de la edad de tu abuelito, un montón de gente casada, estudiantes foráneos que no conocen las bondades de la gran ciudad, el candidato a doctorado con aires de superioridad y gente particularmente más… “aburrida” (I’m sorry if I offended you). Es simplemente otro ambiente. Y no es que me consideré un fiestero desenfrenado ni nada por el estilo… pero pues la motivación de entablar nuevas amistades es menor… además del detalle que ahora llevo como dos clases realmente…

Lo cual me lleva a otro punto. En el estructurando mundo del estudiante universitario la mayoría de las carreras tienen muy bien definidas sus materias y planes de estudio. Normalmente tu horario queda estable, definido y con un muy alto grado de certidumbre y repetitividad semana con semana. A la buena rutina… Por mi parte, la tres horas fijas de mis clases es todo lo que tengo seguro; pero la cantidad de actividades fuera de “horario” se multiplican como conejos… Que si la junta, que si el avance, la conferencia, el experimento, el proyecto, el seminario, los trámites, el laboratorio sorpresa, etc, etc, etc. De forma que igual pierdo horas y horas a la semana pero sin un orden congruente ni planificado.

Pero en fin… quiero pedir una disculpa por el grado de AMARGOSIDAD que se carga este post. La queja me mantiene sano…

Es simplemente ese sentimiento de estancamiento el que quería expresar. Ahora bien, finalmente todo esto fue decisión mía, una decisión que aún avalo al 100% No culpo la situación, ni las circunstancias; simplemente a mi parecer el terminar mi grado de maestría era la opción más viable. Y la verdad que me encanta lo que estoy estudiando… y el proyecto de tesis es sumamente interesante y pues profesionalmente hablando lo que viene es muy atractivo. Por eso estoy aquí. Pero de verdad que ya me urge un cambio… uno radical.

Ahora como les comentaba el año ha sido maravilloso. Tuve una de las vacaciones más grandiosas de mi vida, he tenido oportunidad de ir a excelentes raves, me he rencontrado con mi escritor/lector interno, la relación con la hermana está en un all-time high, he compartido grandes momentos con mis amigos y últimamente he tenido la oportunidad de conocer gente muy interesante y jovial.

Pero de que ocupo un cambio, lo necesito… uno grande.

Nota adicional: Que soso… caí en el clásico post “personal” genérico…

It feels so weird to reach out in a blog post....

De verdad que el Blog of Doom anda en un bache gacho…