En este contexto, el artículo “Drug harms in the UK: a multicriteria decision analysis”1, publicado en The Lancet por el Profesor David J. Nutt ha sido tomado por los partidarios de la legalización como un estandarte de batalla para poner en evidencia la anticuada clasificación de peligrosidad de estupefacientes.
El artículo que analiza la peligrosidad de diferentes drogas concluye en términos generales, que el alcohol es la sustancia más dañina, por arriba del tabaco, la heroína y el crack. Así mismo ubica drogas como la mariguana, el LSD y los hongos alucinógenos como prácticamente inofensivos en relación a otros narcóticos. Bajo esta premisa se abre una vía de discusión y crítica que cuestiona fuertemente el porqué una droga tan devastadora como el alcohol es legal mientras que los conservadores luchan por mantener la mariguana prohibida.
Estadísticas similares muestran como las muertes anuales por consumo de tabaco o en accidentes relacionados al alcohol son altamente superiores a los hechos violentos similares producidos por drogas ilegales. En conjunto, este tipo de argumentos parecen ser un fuerte golpe en contra del status quo del marco regulatorio en materia de drogas. Pero como todo, las premisas de las que parten y el marco en el que se originan, deben ser analizadas cuidadosamente antes de arrojarnos ciegamente a un debate que puede que aún no comprendamos del todo.
En la cuestión estadística es claro que la nicotina, e incluso la obesidad (que proviene de otro tipo de adicción), son responsables de muchas más muertes que otras drogas ilegales. Tan solo en el 2000, el tabaco provocó 435,000 muertes en E.U., mientras que solo 17,000 fueron atribuidas a drogas ilegales2. Sin embargo, no es posible emitir un juicio realmente honesto sin tomar en cuenta que, en efecto, el tabaco y el alcohol son drogas legales y por tanto su consumo es generalizado. Tampoco podemos, por otra parte, estimar como se verían esos números si la cocaína o el cristal pudieran ser adquiridos en la tiendita de la esquina; pero es importante considerarlo. El decir que las drogas legales son más letales que el resto en base a este tipo de datos es falaz.
Ahora bien, el artículo del profesor Nutt plantea al alcohol como la droga más perjudicial, no en términos de muertes estadísticas, sino en una calificación de diferentes criterios realizada por especialistas en la materia. La clasificación se divide en dos grandes rubros: el daño personal (en términos físicos, psicológicos y sociales) y el daño a la sociedad (en las mismas dimensiones).
En cuestiones de daño personal, las tres drogas más dañinas acorde a dicho estudio son el crack (una forma menos refinada de cocaína), heroína y las metanfetaminas. En cuestión de daño a la sociedad las tres más perjudiciales fueron el alcohol, la heroína y el crack. Con la combinación de ambos resultados se concluyó que, conjuntando ambas dimensiones, las drogas más nocivas eran el alcohol, la heroína y el crack, en ese orden.
Considerando que el estudio fue realizado por especialistas y suponiendo un alto rigor científico carente de conflictos de interés, los resultados que muestra Nutt son bastante controversiales y pueden dar pie a argumentar a favor, no solo de la legalización de la mariguana, sino de sustancias increíblemente nocivas como las “drogas duras”. Pero nuevamente hay que tomar este tipo de estudios de manera precavida y leer sus implicaciones con detenimiento.
Estudios similares3,4 muestran correlaciones importantes con el artículo mencionado; pero no concuerdan del todo; y esto se deriva en parte de que a pesar de que muchos criterios se presentan como cuantitativos (costo económico en la sociedad), la falta de datos claros en esos términos hace que su contribución sea meramente cualitativa:
Social harms are harder to ascertain, although estimates based on road traffic and other accidents at home, drug-related violence, and costs to economies in provider countries (eg, Colombia, Afghanistan, and Mexico) have been estimated. Police records lend support to the effect of drug dealing on communities and of alcohol-related crime. However, data are not available for many of the criteria, so the expert group approach is the best we can provide.1
De forma similar, los criterios analizados presentan la problemática de la asignación de pesos en la calificación final, que si bien estos no parten de una total arbitrariedad, no dejan de estar basados en un consenso de juicio personal:
The issue of the weightings is crucial since they affect the overall scores. The weighting process is necessarily based on judgment1
El artículo de Nutt fue resultado de la conjunción de un panel de expertos y la posterior discusión de los criterios analizados. Los resultados no se presentan como una evaluación exhaustiva de datos, indicadores o investigaciones anteriores; sino como fruto de una metodología de consenso entre expertos en el campo.
Estas consideraciones no pretenden, bajo ninguna circunstancia, demeritar la investigación realizada; pero son cuestiones que tienen que tomarse en cuenta antes de proclamar como hecho innegable lo que el artículo muestra. Es claro el hecho de que la ilegalidad de la mariguana, al menos en términos de salud, es un tanto confusa. Sin embargo, un argumento en pro de la legalización tiene que considerar que es muy diferente el plantear el consumo legal de mariguana u hongos alucinógenos, a tomar la vía rápida (y un tanto reaccionaria) de englobar como tema igualmente debatible la legalización de drogas como el crack.
El consumo generalizado de las drogas legales ha permitido el analizar su impacto en términos de salud pública de forma concreta; cosa que no se da con sustancias de las cuales se conoce muy poco, como el LSD entre otras. Así, es difícil el cuantificar de forma hipotética su impacto en salud pública bajo un marco de legalidad total. Adicionalmente el daño que implica la utilización de un narcótico va más allá criterios estadísticos y/o económicos; y las consideraciones sociales y de riesgos a la seguridad pública son factores que difícilmente podrán medirse en términos duros y totalmente objetivos. El cuestionar es el primer paso para mejorar y reformar; pero no hay que olvidar el hacerlo de manera responsable.
DMT, "The spirit molecule"
Referencias
[1] Nutt, David J. FMedSci, King, Leslie A., PhD, Phillips, Lawrence D., PhD, Drug harms in the UK: a multicriteria decision analysis," The Lancet, Early Online Publication, (November 1,2010), doi:10.1016/S0140-6736(10)61462-6 (http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2810%2961462-6/fulltext)
[2] Mokdad, Ali H., PhD, James S. Marks, MD, MPH, Donna F. Stroup, PhD, MSc, Julie L. Gerberding, MD, MPH, "Actual Causes of Death in the United States, 2000," Journal of the American Medical Association, (March 10, 2004), G225 Vol. 291, No. 10, p. 1238, 1240. (http://proxy.baremetal.com/csdp.org/research/1238.pdf)
[3] NuttDKingLASaulsburyWBlakemoreC. Development of a rational scale to assess the harm of drugs of potential misuse. Lancet 2007; 369: 1047-1053. (http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2807%2960464-4/fulltext)
[4] MurphyPNBrittonJArnottD. Assessing drug-related harm. Lancet 2007; 369: 1856-1857. (http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2807%2960841-1/fulltext#)
2 comments:
He intención de publicar algo como esto en mi página web y me dio una idea. Saludos.
gracias amigo! gran post!
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