Thursday, November 19, 2009

Fede Vs El Desarrollo Sostenible

Ah… la sostenibilidad. Un concepto que de primera instancia suena tan correcto, lógico y moralmente atractivo que la mayoría de la gente tiende a postularse a su favor en cuanto se les explica el origen de éste.

El hombre a lo largo de la historia ha transformado el mundo de acuerdo a sus necesidades, disponiendo libremente de los recursos que el planeta Tierra ofrece por medio de la naturaleza. Hoy, no es novedad el escuchar por aquí y por allá como poco a poco hemos ido destruyendo nuestro entorno: emisiones tóxicas, calentamiento global, contaminación del agua, desigualdad, hambre, pobreza, etc…

Esto es una realidad y a pesar de mi ligera apatía por el medio ambiente; siento que SI es necesario enfrentar este tipo de problemáticas; principalmente desde un enfoque educacional y tecnológico. Sin embargo, la premisa de sustentabilidad presenta graves problemas en su planteamiento de soluciones. Problemas que pueden tornarse muy graves cuando se le da un tratamiento “irresponsable” a las posibles respuestas que ofrece esta filosofía en torno a nuestro medio ambiente.

El desarrollo sostenible se basa en la idea de crear modelos de crecimiento en los que no solo se tenga en cuenta las necesidades actuales de alguna comunidad específica; sino que podamos llegar a un equilibrio en dónde no comprometamos esa capacidad de las generaciones futuras de satisfacer estas mismas necesidades.

En general, es un planteamiento diseñado para crear una “economía” de crecimiento “estable” en el sentido que los recursos que consumimos en determinado tiempo puedan ser recuperados por la naturaleza en un intervalo razonable; obteniendo una especie de equilibrio dinámico del sistema hombre-Tierra.

Obviamente este tipo de cuestiones van de la mano con conceptos como la creación de fuentes de energía alternativa, reducción de emisiones, distribución equitativa de recursos naturales, control poblacional, urbanización inteligente, etc. Todo esto para crear modelos sustentables en torno a las tres dimensiones principales: La social, la ambiental y la económica.

De lo anterior, todo parece ir por buen camino. Se nos muestra una nueva forma de atender a los problemas ambientales y de desigualdad que aquejan nuestro mundo. Alguien tiene que resolver estas cuestiones y el desarrollo sostenible parece ofrecer un enfoque adecuado para hacerlo.

Hoy por hoy, la mayor parte de nuestro planeta opera bajo el “oh todopoderoso” sistema capitalista. El libre mercado es lo que mueve las grandes naciones y en muchos casos el “gobierno” y la sociedad quedan suscritos a las necesidades de esta entidad. En un sistema donde el concepto de “felicidad” viene directamente relacionado con el de “consumo” y donde la moral proviene en su mayor parte de un pragmatismo orientado a la generación de riquezas es claro que la población mundial (siempre en constante crecimiento) está destinada a barrer con los recursos naturales del planeta en búsqueda de márgenes más altos de utilidad.

Entonces, nos damos cuenta que el sistema económico es una de las principales problemáticas que enfrentamos en cuestión de desarrollo sostenible. El trillado concepto de “concientizar” a la población sobre estas cuestiones y esperar que se produzca un milagroso cambio social que frene esta carrera consumista hacia la destrucción es, si acaso, un sueño guajiro.

El cambio individual es positivo; pero lamentablemente insignificante en el panorama ambiental. Otras alternativas radican en la regulación de ese “mercado libre”; regulación que la cultura corporativista ha luchado por erradicar durante años blandiendo ese mismo concepto de “libertad”. Para poder tener un marco social en el cual los conceptos de desarrollo sostenible puedan ser puestos en práctica de forma rigurosa es necesario un sistema “diferente”.

El concepto de sustentabilidad es noble; pero utópico. Y en un sentido más específico, incluso opresor. Es verdad que el capitalismo parece ser el gran cáncer del planeta Tierra en términos ambientales (e intelectuales; pero esa es otra historia); sin embargo, las nociones ideales de sustentabilidad solamente pueden apelar a una especie de socialismo ecológico. Es aquí, en dónde estos conceptos llevados a su última instancia resultan un tanto “desagradables” (por decirlo de alguna manera).

Imaginemos un proyecto de urbanización sostenible. Una ciudad construida bajo las premisas de sustentabilidad y cuya sociedad opera en un marco legal, social y económicamente independiente del resto del planeta. Uno de los principios claves de este tipo de ciudades es su crecimiento orgánico y planeación inteligente; muy relacionada con la forma en que las células forman tejidos, órganos, y finalmente sistemas.

De aquí obtenemos el concepto de una “unidad” de urbanización en donde se tenga una distribución equilibrada de vivienda, comercio, industria y zonas rurales; junto con sus servicios escolares, de salud, energía y procesamiento de desechos. Dicha unidad puede replicarse de acuerdo a la población de la zona urbana.

Aquí ya se presentan dos problemáticas importantes. La primera es que para tener un equilibrio de vivienda, comercio e industria es necesario determinar de antemano y de forma un tanto arbitraria quiénes formaran parte de cada sector. De igual forma, el concepto de vivienda tendría que a apelar a una “igualdad” en la distribución de los recursos para la sustentación de cada familia. Esto en base a los conceptos básicos del desarrollo sostenible.

Entonces tenemos la cuestión de determinar un nivel arbitrario de “calidad de vida” para los pobladores de este proyecto de urbanización. Uno determinado en base a la disponibilidad de recursos como agua, energía y alimento.

Para mantener este estándar de calidad de vida constante es necesario regular el crecimiento de la zona urbana. Es obvio que él no hacerlo produciría un desequilibrio negativo que complicaría la sustentabilidad del proyecto. Aquí entran las cuestiones sociales y políticas en relación al control poblacional. ¿La simple concientización sería suficiente? ¿Qué métodos podrían asegurar un control efectivo y sin fallas? De primera instancia surgen ideas como el limitar el número de hijos por familia con recursos como el control de fertilidad. Cuestiones que al igual que la designación arbitraria de oficios y calidad de vida; van en contra de las libertades fundamentales del individuo. Eso sin considerar el tratamiento de la esperanza de vida y una eventual necesidad extender el control poblacional en base a la “utilidad” del individuo dentro del equilibrio del proyecto.

El ejemplo anterior solo pretende ilustrar algunas de las cuestiones sociales que se presenta al seguir las premisas del desarrollo sostenible hasta sus últimas consecuencias. El tratamiento puede parecer exagerado; pero para alcanzar los objetivos de sustentabilidad necesarios para corregir el curso de nuestra presente situación, lo anterior no parece tan descabellado.

Ahora bien, es importante recalcar que no pretendo desacreditar el movimiento en su totalidad. Su enfoque es positivo, aunque demasiado ideal. Y es por ello que su tratamiento irresponsable y una rigurosa aplicación de sus conceptos pueden llevar a desastrosas consecuencias desde el punto de vista individual. Pero entonces, si el capitalismo nos tiene en ésta precaria situación y el tomar otro sistema nos puede llevar a una directa violación de nuestras libertades individuales, ¿Qué podemos hacer para evitar la futura extinción de la humanidad ante retos ambientales tan monumentales? Esa es una buena pregunta…

Aunque también me gustaría cuestionar el núcleo del desarrollo sustentable en sí: Las futuras generaciones. ¿Qué tan justificable es realmente el intentar prolongar la presencia humana en el planeta de forma indefinida? En caso de que continuásemos sin atender estos problemas, la caída de la raza humana en función de la falta de alimentos, un desastre ambiental o el agotamiento de la energía sería inminente. Pero… ¿es eso realmente tan malo?

5 comments:

rodican said...

Yo tmb me he cuestionado fuertemente lo que dices mi estimado Fedesmadres, y esta de la mierda. No hay otra cosa que decir de las susodichas jaladas de "crecimiento sustentable, sostenible, bla bla bla" más que son una manera prolongar lo inevitable. Vato negativo acaso? Jajaja tal vez, pero al igual que tú, yo pienso que si todos cupieramos en una "unidad" y fuéramos células de un sistema que funcionase como debiera en este hermoso planeta tierra, estarían siendo violados todos los muchos o pocos derechos que nos quedaran como seres humanos... Pero quien sabe, puede llegar el momento donde de comer Pan y Ver... se nos acabe el Pan...

Eritrobo said...

Somos uno de los pocos animales (si no los únicos) que nos vamos a extinguir a manera de suicidio prolongado. Creo que eso prueba que somos una raza extraterrestre que nunca supo llegar a un balance armonioso con el planeta tierra. (LOL).

Yo digo, vamos a seguir disfrutando, haciendo y deshaciendo. y que nos valga un pito el ansia de perpetuar la humanidad. Que se nos quite la idea de que somos el fin último de la existencia de este planeta (algo que tiene que ver con aspectos religiosos de eso estoy seguro). Si desaparecemos esto va a seguir siendo una pelota de minerales con especies en evolución. Probablemente después aparezca otra raza inteligente donde alguien vuelva a hacer las mismas preguntas que tu haces fede (in a pendulum-like fashion) jeje. Quoting manuel "solo debrayando" así que no lo tomen muy a pecho.

Fede Fiesta said...

Kab: Así es mi buen. Igual y mi mundano concepto de libertad me hace ver con desagrado estas cuestiones; pero así las cosas.

Eritrobo: Lol indeed chavo. Pero lo que planteas es interesante. Aunque para discutirlo (si el ser humano es el fin último de la existencia del planeta) ya tendríamos que movernos en terrenos más sinuosos (y por ende más emocionantes jejeje) Pero yo espero tengamos la oportunidad de dicutirlo pronto al "calor de las copas" jejeje

Pinkrobot said...

no creo que sea realmente malo el desarrollo sostenible ... es como pensar que no tienes que ser una buena persona o entregarte al alcohol sólo porque te vas a morir de cualquier forma...

Fede Fiesta said...

Si ser buena persona es sacrificar mi libertad individual, entonces las cosa es más delicada.

Además, ahorita solamente veo el desarrollo sostenible como un forma en que la iniciativa privada puede aparentar ser eco-conciente, disminuyendo su guilt trip mientras siguen fomentando un absurdo consumismo.