Es tiempo para otro episodio del ya clásico D&D Update. En esta ocasión les relato los eventos que se llevaron a cabo en las sesiones 7 y 8 de la roleada en curso. Es importante recalcar ya van cerca de 14 sesiones, lo cual me parece formidable; sin embargo aún falta mucha “recapitulación” por hacer. Sin más, comenzamos:
Sesión 7: El guerrero del norte
Después de volver a la superficie tras el apurado escape de la ciudad de Selar, nuestros aventureros retomaban su misión y su camino. Encargados de llevar la misteriosa roca de Milarn hasta la capital de Calvia por el mismo Jauffre Ghyalis; era clave tener una ruta bien delimitada. Para dicho caso, el general Janaff les indicó que tomaran el camino hacia el sur hasta el puerto de Treolar a orillas del río Olfe. Ahí podrían tomar un barco hacia la ciudad de Felrak en dónde la vía ferroviaria instalada recientemente los llevaría hasta Kilernas, muy cerca de Calvia.
Con las indicaciones y el uso de su instinto de orientación, el grupo avanzo por las húmedas planicies de la región. Pronto comenzó a oscurecer, y nuestros aventureros buscaban un lugar seguro para pasar la noche. Convenientemente, no muy lejos de ahí encontraron un fuerte abandonado. La estructura aún sólida y estable se encontraba desierta y en mal estado. Cubierta con malezas y enredaderas, la humedad de los pantanos cercanos había agrietado sus paredes.
El fuerte era grande, y para no arriesgarse demasiado, el grupo decidió explorar la totalidad de la instalación. Fue entonces que al abrir una de las recamaras se encontraron con un guerrero armado y listo pasa pelear. La sorpresa fue mutua y tras algunos momentos de tensión, ambas partes hicieron su respectiva introducción. Sin embargo el misterioso hombre les oculto varios detalles…
Mientras esto sucedía, pasos y armas se escuchaban en los pasillos del fuerte abandonado. Antes de darse cuenta, los aventureros se encontraban rodeados por un grupo de lizardfolk dispuestos a tomar el cuartel como propio. Sin más remedio que confiar en el nuevo integrante del grupo, poco a poco nuestros héroes se abrieron paso ante las intimidantes figuras con las que luchaban.
Sin tiempo que perder, procedieron a abandonar el lugar, solo para encontrarse con el líder de la tribu de hombres lagarto en la puerta de salida. Ahí, otro cruento combate se llevo a cabo. El líder de los reptiles cedió la victoria al ver a uno de sus campeones caer en batalla. Tras una acalorada conversación entre Dargos y él, los atacantes dejaron pasar a nuestros héroes, indicándoles que tuvieran precaución pues estás eran tierras de lizardfolk.
Fue entonces, de vuelta en la intemperie, dónde el guerrero revelo su verdadero nombre y afiliación. Proveniente de Gericha, el mismo imperio que ahora invadía el territorio de Calvia, Azum; guerrero de los templarios de Norte, había perdido ya todo lo que tenía en ésta guerra que estaba por comenzar.
Azum (aka Lucio) se había visto forzado a huir de su país por el mismo ejército de Gericha. Su organización, independiente del imperio, había sido asignada con misiones sensibles con respecto a la guerra en curso. Su renuencia a cooperar con tales objetivos llevó a que el ejército presionara de forma violenta a sus integrantes. En el caso de Azum, su esposa había sido asesinada y su hijo adolescente secuestrado. Sin tiempo para analizar las causas detrás de todo esto, y solo con una nota que indicaba que su hijo se encontraba en Calvia; Azum cruzó la frontera en busca de respuestas.
La historia convenció a algunos, pero un sentimiento de inseguridad flotaba alrededor de nuestros héroes. Después de aquel episodio con Feinn, y la rivalidad que surgió en el torneo de Selar; las cosas se mostraban tensas dentro del grupo. Pero había que continuar…
Sesión 8: Los kobolds de Sikalth
Así fue como introduciéndose en la pantanosa región de Olfe nuestros aventureros llegaron a una pequeña y rústica aldea. En este profundo lugar convivían tanto humanos como hombres lagarto por igual. Aquí, tras algunas rencillas con un comerciante local, pudieron conseguir un pequeño bote para viajar río abajo hasta Treolar.
Dado que los botes no eran muy grandes, el grupo se dividió en dos. Dargos, Feinn y Therion por un lado; y Maedhros, Alte y Azum por otro. Al principio la corriente era tranquila, y ambas embarcaciones navegaban sin mayor problema. Sin embargo, al paso de las horas el cansancio de hizo presente en Alte y Azum, quiénes dirigían ese bote. La corriente se tornaba más violenta y pronto, en una bifurcación, perdieron el control de bote, desviándose y perdiendo de vista a Dargos y los demás.
Pronto, los integrantes del primer grupo desembarcaron en la orilla del río y comenzaron a buscar a sus compañeros. Por su parte Maedhros, Alte y Azum; después de encallar algunos metros al oeste, cayeron en una trampa oculta entre los árboles. Al poco tiempo, un gran número de kobolds aparecieron en la escena. Los aventureros lograron escapar de la red, sin embargo fueron abrumados por la gran cantidad de atacantes. Estos los convencieron de rendirse, alegando que tal vez su “dios” les perdonaría su vida. Nuestros héroes decidieron seguir el consejo y tratar de escapar después.
El grupo de Dargos eventualmente encontró el bote abandonado de sus compañeros y prosiguió a seguir las huellas y pistas para encontrarlos. Eventualmente llegaron a una pequeña zanja en la cual se encontraba la entrada a una cueva subterránea. Al continuar por los laberinticos túneles llegaron a un lago subterráneo ornamentado con columnas y ruinas de aparente origen Yuan-ti
Therion y Feinn revisaron de forma cautelosa los alrededores y eliminaron a un par de kobolds que hacían guardia en el lugar. Al continuar adentrándose se dieron cuenta que éstas majestuosas ruinas ahora pertenecían a esas extrañas creaturas mitad lagartija llamados kobolds. Dargos sabía que con su sangre dacrónica podría engañarlos y hacerse pasar por un ser poderoso y temible.
Mientras tanto, los demás aventureros fueron encarcelados en los calabozos de Sikath, el nombre de las antiguas ruinas Yuan-ti. Maedhros, utilizando el “paso de las hadas” pudo salir de la prisión y recuperar las llaves para rescatar a sus compañeros. Sin embargo, aunque ya sin el yugo de las rejas, el grupo decidió esperar.
Fue entonces cuando un sacerdote kobold, junto con una escolta de guerreros, llegaron a las celdas para llevar a sus prisioneros con su “dios”. Azum y los demás no planeaban ser sacrificados, por lo que decidieron hacerles frente. Tras un intenso combate, nuestros héroes salieron bien librados.
Por su parte, Dargos comenzó su acto de “emisario de los dragones” y con Feinn y Therion como sus “prisioneros” logró cautivar a los guardias de la ciudad y hacerse paso de forma fácil hasta los calabozos. Aquí, nuevamente los dos grupos se encontraron. Y al darse cuenta de la situación, comenzaron su ataque sobre la nueva ola de soldados que impedían su escape.
Ésta vez sin embargo, muchos más refuerzos venían en camino. Por lo cual nuestros héroes decidieron refugiarse en plantas más bajas del calabozo e ir despachando unidad por unidad a sus enemigos. Dicho combate fue uno de los más cruentos y complicados que el grupo ha tenido hasta la fecha; sin embargo, eventualmente lograron salir victoriosos.
1 comments:
Quisiera agregar que en esa batalla con los kobolds en sus mazmorras se demostró sin lugar a dudas el genio militar de Maëdhros.
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