Wednesday, August 18, 2010

La misma historia

No es noticia que las cosas están mal. El caso es que las cosas han estado mal desde ya muchos años. Pero hoy las cosas no solo están mal; si no que ahora se ven aderezadas con ese ingrediente especial y picante llamado violencia.

Ahora todo lo que escuchamos en los medios tiene que ver con muerte, asesinatos, ingobernabilidad, inseguridad… miedo. La gente se encuentra aterrorizada; y con razón. Pero, ¿cómo debemos reaccionar ante esta atmosfera tan negativa? Eso es difícil de responder; sin embargo el consenso general es jugar a ser víctima.

Durante años hemos participado activamente en el declive progresivo de nuestra nación. Ya sea por mera indiferencia, pasividad, apatía o simplemente nuestra, ya tan mexicana, huevonada. Con N ejemplos que no voy a listar aquí, el pueblo mexicano ha ignorado todas las señales de que algo como lo que estamos viviendo se aproximaba. Al final, lo único que nos ha interesado siempre ha sido nuestro bienestar; pero no como nación, sino como individuos.

El mexicano, escudándose en esa actitud relajada y liberal, siempre ha tenido una visión muy limitada de las consecuencias de sus actos. Al final siempre buscamos la solución sencilla, de poco esfuerzo y, de paso, barata. Tal vez no sea la mejor; pero si podemos salir temprano para ir a ver el fútbol, entonces no importa.

Y ahora, que ya no hay forma de escondernos en el “yo no sabía”, en el “a mí no me dijeron”, en el “eso no me toca”; entonces sí alzamos la voz y los puños llenos de ira reclamado el estado tan deprimente de nuestro país. Ahora sí exigimos a nuestros políticos que respondan, que actúen… que gobiernen. Y aunque nuestra participación (prácticamente obligada) es algo de entrada positivo; el mexicano promedio todavía se niega a ver que todo esto no es culpa de un presidente o un partido; sino culpa de una nación.

Somos un pueblo incongruente (por decirlo de manera amable). Queremos dinero sin trabajar, oportunidades sin educación, bienestar sin esfuerzo, buenos gobernantes sin ser buenos ciudadanos y por supuesto; seguridad sin sacrificios. En el mejor de los casos nos quejamos sin proponer y en otros simplemente nos conformamos con esperar la oportunidad de “huir” de este barco fantasma llamado México.

Nadie quiere aceptar su gran o pequeña responsabilidad para con su gente y consigo mismo. Nadie está dispuesto a detenerse un momento y poner los intereses de otros antes que los propios. Nadie está comprometido a realmente hacer algo más que lloriquear sobre el estado actual del país. Y es por eso que no importa que tanto gritemos, lloremos o levantemos nuestros puños; las cosas van a seguir estando mal.

Y no les pido que salgan a la calle armados de cuchillos de cocina, antorchas y buena actitud. O que se vuelvan los nuevos líderes de opinión del pueblo mexicano y lleven a nuestra gente a una nueva revolución que despierte los ideales con los que se formo esta nación. Simplemente les pido que además de quejarse, intenten poner algo de su parte para resolver esta situación. Todos tienen una oportunidad de aportar algo de acuerdo a sus capacidades; comenzando por crítica constructiva y no solo exigencias vacías y caprichos desesperados.

2 comments:

Robotrosa said...

Yo creo que el problema también es que ya es demasiado tarde. Siento que este barco ya está cayendo por la cascada y no hay nada por hacer... mas que lloriquear y tener mucho miedo. La policía está toda corrupta, los partidos todos infiltrados, los medios coludidos, los maestros hundidos en sus sindicatos, los programas sociales y educativos mal hechos y a años luz de generar resultados positivos. Total, nada, no nos queda ya nada más que la desesperación

PurpleK said...

Estoy de acuerdo en que no es culpa de un presidente, de un gobierno, es culpa de la nación. Pero, cómo le hace la nación para combatir lo que está viviendo ahorita? Cualquier esfuerzo, intento, o lucha contra lo mismo resulta en la muerte de esa persona. Queremos cambiar a México, regresar a donde estábamos antes, que tal vez no era el mejor país del mundo, pero podíamos vivir seguros, aunque sea. Lo único que podemos hacer es publicar nuestra opinión y si suerte tienes de que no te maten por lo mismo. Han matado a tantos reporteros, periodistas y de más por su silencio. Qué puedo hacer yo para mejorar al país? Qué podemos hacer nosotros?