Sunday, August 29, 2010

Fede’s Protips


Es claro que ustedes, fieles lectores, vienen a este espacio en busca de nuevas ideas, frescos conceptos, espantasuegras (code word for “FUNS”) y el ocasional desvarío escrito de su servidor. Todo lo anterior puede ser encontrado en saludables cantidades a lo largo del par de años en los que “el blog” se ha mantenido activo. Sin embargo, aunque sé que con sus superiores y refinados intelectos pueden obtener un sinnúmero de valiosas enseñanzas de toda esta palabrería; me di cuenta de que “el blog” no ofrece consejo explicito sobre la infinidad del Universo mismo y todo lo que lo compone. Así, conociendo su apetito insaciable de sabiduría he decidido comenzar una pequeña sección dedicada a compartir esa experiencia que mis varios años de vida mortal me han dejado.

Estos consejos serán concisos, concretos y muy, muy profesionales. Por eso, he decidido adoptar el ya conocido término de Protip para identificar el tipo de enseñanza condensada que estoy a punto de darles. El diccionario define Protip como:

Protip: n. to distill important knowledge about a subject and share it with those new to said subject.

Lo que en el hermoso lenguaje del español significa: valioso e importante conocimiento. En términos más generales, un Protip ayuda a las nooblets (como ustedes) a ser menos noobs. Como ven, es una cuestión altamente filantrópica la que me estoy manejado y espero que aprecien el esfuerzo.

Sin más, comenzamos.

Protip #345: Siempre que compres productos directamente de una máquina expendedora, utiliza las monedas de más baja denominación primero para verificar el correcto funcionamiento de su “mecanismo receptor de dineros” (término técnico).

Protip #345 B: Si tienes monedas de valores molestos (5c, 10c, 20c, 50c) introdúcelas todas en la máquina sin importar el precio final de tu producto. Así, cuando la máquina te devuelva tu “cambio” después de la transacción hay altas probabilidades de que te lo regrese en monedas de más alta denominación. Ej. Introduces 2 monedas de 50c demás y ¡BAM! La máquina te regresa una moneda de 1 peso. Tu: 1 Corporate America: 0

Protip #67: Antes de lamer un sapo psicodélico, revisa tu tabla oficial de “Safe Toads to lick”. (Recuerda mantener tu tabla actualizada).

Protip #129: Cuando el tiempo falte, lee únicamente el primer y último párrafo de los capítulos de tu lectura asignada. Con un poco de imaginación y sentido común, eso debe ser suficiente.

Protip #15: Ponle un nombre diferente a todos tus hijos.

Protip #298: No importa que tan “espontáneo” te sientas en tus viajes; siempre es muy buena idea tener contemplado dónde vas a dormir.

Protip #27: Siempre deja aunque sea un “observer” en los minerales

Protip #789: En un duelo a muerte, dirígete a tu oponente con respeto y de manera amigable. Un comentario bien intencionado antes del encuentro crea una bonita atmosfera para el irracional derramamiento de sangre.

Protip #147: Si llenas una botella vacía de Jack Daniels con jugo de manzana y te la tomas de un solo trago puedes disfrutar de todas las ventajas de parecer un alcohólico empedernido y del delicioso sabor del jugo de manzana al mismo tiempo.

Protip #209: Medio círculo inverso + Golpe SIEMPRE es un movimiento especial.

Protip #233: Escribir todo con “k” y/o AlTeRnAnDo LeTrAs MaYúScUlAs y MiNúScUlAs no refleja esa aura madura de inteligencia y sofisticación que estás tratando de proyectar.

Protip #8: Nunca confíes en un hispster.

Protip #569: Una vuelta al baño siempre es recomendada antes de salir de casa.

Por hoy, esto será suficiente. Y ustedes… ¿tienen algún Protip que compartir?

Joven hada musical


¿Alguna vez has escuchado el llanto de una estrella? ¿En algún momento has visto los últimos minutos de un cometa? ¿Has acaso presenciado la muerte de una galaxia?

No. Nunca. Sin embargo conoces el sentir del “fin del Universo”. Conoces el dolor y la angustia de la impotencia humana. Reconoces los sonidos de todo aquello que no puedes recrear. Sabes su nombre… pero no comprendes su verdad.

Has creado una imagen… hueca y vacía; pero convincente. Harmónica y verosímil; pero irreal. Su cabello es rojizo; pero inexistente. Su sonrisa perfecta; pero invisible. Su actitud familiar; pero incompleta. Su ser verdadero; pero irrealizable. Sus ojos son lo único real, el último vestigio de la memoria nublada y cansada de tu mente. La última prueba ante la estrecha realidad y sus continuas demandas de veracidad.

Su sonrisa es el único recuerdo de aquella tarde de fuertes bajos y dulces melodías. El movimiento de su cabello es ahora, si acaso, un sueño forzado en tu gris e industrial existencia. Recuerdas… aquel ocho de diamantes doblado en forma de avión. Ese viaje corto y trágico en una tarde de verano. Siempre supiste que las cartas no podían volar; sin embargo… el espectro de colores y la torre de notas musicales eran suficientes para darte cuenta que la gente si puede emprender vuelo.

Su libertad era tu deseo. Sus labios, tu tesoro. Su baile… tu delirio. Como el fuego, sus destellos. Como el fuego, su cabello. En sus ojos tu mirada. En sus gestos, tu esperanza. En su mente, tu oportunidad. En la tuya un perpetuo y triste miedo. Un perpetuo y triste aroma a muerte e irreversibilidad.

Wednesday, August 18, 2010

La misma historia

No es noticia que las cosas están mal. El caso es que las cosas han estado mal desde ya muchos años. Pero hoy las cosas no solo están mal; si no que ahora se ven aderezadas con ese ingrediente especial y picante llamado violencia.

Ahora todo lo que escuchamos en los medios tiene que ver con muerte, asesinatos, ingobernabilidad, inseguridad… miedo. La gente se encuentra aterrorizada; y con razón. Pero, ¿cómo debemos reaccionar ante esta atmosfera tan negativa? Eso es difícil de responder; sin embargo el consenso general es jugar a ser víctima.

Durante años hemos participado activamente en el declive progresivo de nuestra nación. Ya sea por mera indiferencia, pasividad, apatía o simplemente nuestra, ya tan mexicana, huevonada. Con N ejemplos que no voy a listar aquí, el pueblo mexicano ha ignorado todas las señales de que algo como lo que estamos viviendo se aproximaba. Al final, lo único que nos ha interesado siempre ha sido nuestro bienestar; pero no como nación, sino como individuos.

El mexicano, escudándose en esa actitud relajada y liberal, siempre ha tenido una visión muy limitada de las consecuencias de sus actos. Al final siempre buscamos la solución sencilla, de poco esfuerzo y, de paso, barata. Tal vez no sea la mejor; pero si podemos salir temprano para ir a ver el fútbol, entonces no importa.

Y ahora, que ya no hay forma de escondernos en el “yo no sabía”, en el “a mí no me dijeron”, en el “eso no me toca”; entonces sí alzamos la voz y los puños llenos de ira reclamado el estado tan deprimente de nuestro país. Ahora sí exigimos a nuestros políticos que respondan, que actúen… que gobiernen. Y aunque nuestra participación (prácticamente obligada) es algo de entrada positivo; el mexicano promedio todavía se niega a ver que todo esto no es culpa de un presidente o un partido; sino culpa de una nación.

Somos un pueblo incongruente (por decirlo de manera amable). Queremos dinero sin trabajar, oportunidades sin educación, bienestar sin esfuerzo, buenos gobernantes sin ser buenos ciudadanos y por supuesto; seguridad sin sacrificios. En el mejor de los casos nos quejamos sin proponer y en otros simplemente nos conformamos con esperar la oportunidad de “huir” de este barco fantasma llamado México.

Nadie quiere aceptar su gran o pequeña responsabilidad para con su gente y consigo mismo. Nadie está dispuesto a detenerse un momento y poner los intereses de otros antes que los propios. Nadie está comprometido a realmente hacer algo más que lloriquear sobre el estado actual del país. Y es por eso que no importa que tanto gritemos, lloremos o levantemos nuestros puños; las cosas van a seguir estando mal.

Y no les pido que salgan a la calle armados de cuchillos de cocina, antorchas y buena actitud. O que se vuelvan los nuevos líderes de opinión del pueblo mexicano y lleven a nuestra gente a una nueva revolución que despierte los ideales con los que se formo esta nación. Simplemente les pido que además de quejarse, intenten poner algo de su parte para resolver esta situación. Todos tienen una oportunidad de aportar algo de acuerdo a sus capacidades; comenzando por crítica constructiva y no solo exigencias vacías y caprichos desesperados.

Tuesday, August 17, 2010

Ozora


No podía dejar de escribir una entrada sobre lo que probablemente fue una de las mejores semanas de mi vida. Recientemente finalicé mi estancia en la linda ciudad de Bilbao; y para cerrar mi estadía en el viejo continente decidí asistir a uno de los festivales más importantes de la escena del trance psicodélico: El festival de Ozora. Como muchos de ustedes saben amo este tipo de música como pocas cosas en la vida. Cada vez que intento explicar mi pasión por estos sonidos se me agotan las palabras; y aunque eso se lo podemos atribuir en parte a mi limitado vocabulario, me gusta pensar que realmente el lenguaje no me alcanza para externar las maravillas de la música.

La naturaleza básica de éste festival comparte fuertes similitudes con eventos parecidos en diversas posiciones del espectro musical. En general, se toca música durante seis días seguidos en un bosque a las afueras del pequeño pueblo húngaro de Ozora. La locación cuenta con baños portátiles, agua corriente en algunas zonas y una variada selección de tiendas de alimentos, ropa, accesorios y parafernalia psicodélica. Los asistentes se instalan en los amplios, verdes y naturales alrededores por medio de casas de campañas e instalaciones similares. En general, nada fuera de lo normal.

Sin embargo el ambiente y la atmosfera del festival es, en mi opinión, bastante particular. Siempre he tratado de expresar las virtudes específicas de este género musical en relación con su base “ideológica” o su “intencionalidad”; pero de una u otra manera nunca había estado 100% seguro de lo “auténtico” de esa supuesta esencia musical contenida en el “GOA”. Bueno, pues quiero comunicarles alegremente que eso dejo de ser el caso.

Tiene mucho que ver que últimamente me he visto rodeado de nuevas y locas ideas sobre la religión, la sociedad y la vida misma; pero aún así, el hecho de que todo ese contenido hiciera tanto sentido al ritmo de esta música amplificada con autoridad por el poderoso arreglo de bocinas; fue… bastante conmovedor. Aún así, lo mejor de todo esto no fue esa catarsis personal que tuve al escuchar a mis artistas favoritos de todos los tiempos (¡Logic Bomb!) en una hermosa locación natural; eso fue solo el principio.

En sus orígenes, el trance psicodélico, proveniente de las playas hindús de Goa, tenía una fuerte influencia de la cultura oriental en cuanto a su base ideológica. Las nuevas combinaciones de sonidos y estructuras tenían el propósito de servir como paisajes musicales para “viajar”, para pensar, para sintonizarte con la naturaleza, el mundo, el universo… y contigo mismo. Así, durante los siguientes años esta música se consolidó como una herramienta más de todos aquellos buscando la sabiduría de los “chamanes”, las enseñanzas de Buda y las revelaciones del mundo natural.

Y aunque conforme pasaron los años esa esencia se fue perdiendo; nunca desapareció del todo a pesar de que progresivamente los sonidos se volvieron menos orgánicos, más repetitivos, menos originales y hasta cierto punto, menos psicodélicos. Por ello, a pesar de que en general la escena se encuentra muerta y ahora las dos corrientes que mantienen el estandarte de trance psicodélico distan mucho de su intención original; la gente aún conserva fresca esa consigna de PLUR (Peace, Love, Unity and Respect) mientras exhiben sus tatuajes del mantra Om que se hicieron en 1999. Al menos en el festival.

Y a pesar de lo ridículo que pueda parecerles a algunos de ustedes el mantener esos ideales “neo-hippies” vigentes, es ese deseo utópico y aparentemente risible de una sociedad basada en la libertad y el amor lo que hace tan diferente esta atmosfera y esta música.

Aquí no importa si has escuchado todas las canciones escritas por U-recken o si tienes en tu posesión ese EP raro y súper oscuro de Green Nuns of the Revolution. En este ambiente a nadie le interesa si te sabes cada una de las notas del último disco de Younger Brother o si tú estuviste en la primera presentación en vivo de Shpongle. La gente te ve con los mismos ojos si llevas 15 años escuchando psytrance o decidiste venir al festival porque no tenía nada que hacer esa semana.

En este festival la gente no tira vasos de cerveza al aire, o hacen un slam violento en la primera fila. Aquí nadie se empuja por llegar hasta donde están las bocinas y a nadie le importa si bailas como Michael Jackson o solo brincas en un lugar. A nadie le interesa si tienes 15 años o 60; si vienes al último grito de la moda o estás disfrazado de duende, hada, payaso o simplemente tienes un pato de hule amarrado a la cabeza.

Aquí la gente tira burbujas en la pista de baile, se mueven a como sienten la música, hacen contacto visual contigo y sonríen. Aquí la gente te ofrece agua si te ven sediento, champagne si te ven muy sobrio o incluso un par de hongos si saben que los vas a disfrutar. En este festival la gente llena sus aspersores de agua para refrescar a la acalorada multitud, bolsas de basura para mantener limpia la pista y pequeñas calcomanías de caritas felices para alegrar el ambiente.

Ya sea al comienzo de la noche, al romper del amanecer o cuando el sol comienza a ocultarse la gente en este festival estaban ahí para disfrutar la música y disfrutar (aunque fuera solo por unos días) ese slogan de paz, amor, unidad y respeto. Y a pesar de lo irreal y ridículo que puede sonar, ese era justo el ambiente que se vivió en el festival.

A pesar del acceso prácticamente ilimitado al alcohol y otras sustancias estupefacientes; en toda mi estancia no me tocó ver ningún tipo de “desfiguros”, conflictos o desórdenes tan característicos de una fiesta de ésta magnitud. Al final, todos estaban cuidándose uno a otros de una manera que no había vivido en un evento de este tamaño.

Y así es fácil darse cuenta que cuando la gente tiene sus necesidades cubiertas en un ambiente de libre expresión, libertad, entretenimiento y ni una pisca de estrés; las mejores virtudes de nuestra naturaleza salen a la luz. Y aunque esto se da en un ambiente controlado y bajo circunstancias normalmente consideradas… irreales; la sensación de que esas ideas de libertad, amor y paz, en apariencia con un contenido tan agotado, aún mantienen algún tipo de vigencia es algo realmente revitalizador.

Y yo creo firmemente que ese sentimiento y esos ideales pueden ser aprovechados ahora más que nunca. Porque es claro que la forma en cómo “funciona” el mundo no es la correcta; y aunque pedirle al cielo utopías sigue siendo tan banal como siempre; es claro que las cosas tienen que cambiar; y la libertad tiene que seguir siendo el fin y el medio principal de ese cambio.